jueves, 14 de febrero de 2008

KÁISER: ÁNGEL DE LA MUERTE


-He visto la noche llegar y con ella aquel horrible ser, encubierto en su oscuro manto se confunde entre las sombras, su rostro es blanco, sus cabellos rubios y largos, sus ojos rojos, siempre brillantes siempre al asecho de sus presas, como cuervo de la noche, su manto es la oscuridad, su fortaleza el odio y su motivación la venganza. Ciertamente su semblante es hermoso como si fuese una criatura de luz pero en su corazón solo moran las tinieblas. No conoce la piedad, no se detiene ante las súplicas, nunca se conmueve, jamás llora. Desde el principio de sus día caza almas, atormenta vidas, se regocija con el sufrimiento, es por ello que continua torturando, encuentra algún placer maléfico en hacer daño en las personas. Muy probablemente porque el también no es feliz con tan perverso trabajo al que fue asignado. Pero no se rehúsa a él, ha aprendido a aceptarlo, inclusive a saborear cada lamento antes del trágico e inevitable final. El ángel de la muerte se hace llamar y nadie escapa de su sentencia o del filo de su espada centellante, la dureza de su mano es implacable y los alaridos de terror retumban a su paso.

Tú conoces mi dolor y el sufrimiento que él me ha provocado, no es ajeno a ti por que tú también lo has sentido, has sido víctima en carne propia de su crueldad. Es por ello que debes ayudarme, únete a mi Kaiane, juntos podremos combatirlo, solo el poder conjunto de ambos podría derrotarlo. Porque aunque se piense lo contrario, él si tiene un punto débil, me ha tomada una vida el descubrirlo pero por fin lo he encontrado, ahora es el tiempo preciso para atacarle, ahora cuando no lo advierte.

Únete a mí, y juntos pondremos fin a todas sus maldades, solo tú comprendes mi sentir, porque eres parte de mí. Te siento aquí adentro. Es por eso que solo en ti confío y solo contigo cuento para enfrentar a este demonio.

-Nigen no puedo hacerlo, él es mi hermano…

-Pese a esto a dedicado su vida a mortificar tu vida, el disfruta con tu sufrimiento, se regocija con tu dolor, es preciso que te unas a mí

-Nigen, yo…

-No hay lugar para dudas Kaiane, ha llegado el momento, esta es la hora en que debemos atacarle, el no se lo espera…morirá en nuestras manos…te lo prometo…

-¿En tus manos, mortal insignifícate? Ya quisieras, muchos han soñado con mi destrucción y ninguno lo ha conseguido. Como ves siempre estoy un paso delante de ti, puedo prever tus insulsos planes.



Nigen se espantó, la sola presencia de Káiser inspiraba terror, la mirada de Kaiane se lleno de pánico.

-Heme aquí, mi malagradecido esclavo…no estabas deseando verme para atacarme pues ahora tienes una oportunidad, tú también ven ingrata hermana, ven y contempla como despedazo a tu amado

-No soy tu esclavo tuyo y nada tengo que agradecerte, solo has traído sufrimiento a mi vida; arrasaste mi pueblo, mataste a mis padres y a mis amigos, me dejaste sin hogar y me destinaste a vivir una vida solo…pero eso hoy día cambiará…porque arrancaré tu maldad de este mundo, no volverás a destruir la vida a nadie más…

Nigen juntó valor y se fortaleció así mismo recordando que aquel monstruo frente a el no era invencible. Nigen corrió, tomó impulso y dio un gran salto extendió sus brazos y de un extraño artefacto que colgaba de su espalda se libraron un par de alas mecánicas. Alzó el vuelo para encontrase con su temido rival.

-Necio, realmente crees que pudes detenerme, yo soy invencible, yo soy eterno, desde el principio de los días yo ya existía, cuando se creo la vida se estableció también la muerte y nací yo, la vida no tendría sentido en este mundo si no fuera por la muerte, ¿Y tú, insignificante mortal, pretendes romper con este lazo perpetuo?
El balance entre el bien y el mal es equilibrado gracias a mí, la vida es inherente a la muerte, por tanto para que halla vida en este mundo yo no debo morir, eso me convierte en inmortal.

-Lo que tú representas para mi es simplemente maldad y he de acabar con ella de raíz, no me importan las consecuencias

De las alas mecánicas escaparan innumerables dagas las cuales atacaron a Káiser, ágilmente el ángel logró esquivarlas todas.

-Tus insignificantes armas no conseguirían lastimarme, ven a mi esclavo, póstrate frente a tu amo y perdonaré tu vida

-¡Yo no soy tu esclavo!- arremetió contra Káiser al mismo tiempo que libraba nuevamente sus armas, súbitamente un escudo de energía lo protege de su ataque. De una de las manos de Káiser sale una esfera de energía que golpea a Nigen y este cae y se estrella contra el suelo.

-Tus esfuerzos por dañarme son inútiles, iluso humano, necio solo has conservado la vida hasta ahora porque yo te lo he permitido, es por eso que me perteneces, yo decido tu destino.

Nigen se encontraba mal herido, le costaba reincorporarse, desde el suelo el pudo verlo como se acercaba a él, su mirada era perversa, sus ojos era como una hoz afilada, lista para segar.

-Más tu atrevimiento ha sido mucho, mal siervo, debería castigarte…-alzó su puño contra él.

-Déjalo en paz ¿No es contra mi tu ira?

-Mi pequeña Kaiane, ciertamente eres presuntuosa, pero no sabes lo equivocada que estás, no solo tú eres mi objetivo, mi venganza alcanza a toda la humanidad… solo que tú me atraes más…

-No permitiré que lo lastimes-sostenía entre sus manos una espada, pequeña en tamaño, liviana y manejable, sumamente afilada por ambos filos.

-¿Tanto te importa el mortal?, por favor ambos sabemos que serías incapaz de atravesar a tu propio hermano con tu espada.

-¿Por que no?, recuerda que sangre tuya también corre por mis venas, si tú no sabes respetar a tu hermana, yo tampoco tendría por que detenerme por nuestro lazo familiar.

-Atácame entonces, porque una vez acordado que no hay privilegios ni contemplaciones por nuestra hermandad, sino atacas tú lo haré yo, y te aseguro que suficiente me sería un solo ataque para quitarte la vida

Kaiane sabía que no había marcha atrás así que se dispuso a atacar, cuando un ataque sorpresivo de Nigen derribó a Káiser.

Kaiser yacía en el suelo con la espalda sangrante, múltiples dagas estaban incrustadas en su espalda, Nigen a muy corta distancia las arrojó contra él. Nigen se encontraba feliz de ver que era posible herir a Káiser.

-¡Vamos Kaiane, es tiempo de tú venganza! ¡Atraviésalo con tu espada, yo lo desgarraré con mis dagas!-Más ella no se inmutó-Que ocurre Kaiane, ¿No lo deseas ver acabado tanto como yo?

-¡Nigen corre!
-¿Qué dices?
-¡Corre, el no está muerto!

Una ráfaga de energía arremetió contra Nigen, este rápidamente se cubrió con sus alas mecánicas, pese a ello el ataque lo arrojó lejos y lo dejó seriamente herido, sus alas quedaron totalmente fundidas.

Káiser se reincorporó e instantáneamente voló hasta donde se hallaba Kaiane y se aferró a su cuello con ambas manos.

-Debiste haberme matado cuando podía ahora yo te mataré a ti-La estranguló hasta que Kaiane perdió el sentido.

-Déjala…toma mi vida… toma mi vida pero déjala libre a ella…te ofrezco mi vida por que la perdones

-A Káiser le divirtió mucho la situación y soltó a Kaiane

-Nada como el sacrificio por la persona que se ama- se burló- ¿Realmente te interesa ella no es verdad?, muy bien has conseguido posponer por un tiempo más su muerte, pero tú mi generoso cautivo, tú vivirás para ver como la hago mía, pues a partir de ahora ambos me pertenecen, ¡Serán mis primeros esclavos de entre muchos!-sentenciaba entre carcajadas, tomó a Kaiane entre sus brazos y alzó vuelo ante los ojos impotentes de Nigen.

-¡Kásise no te atrevas a ponerle un dedo encima! ¡Me escuchas! ¡No te atrevas!...
¡Kaiane! ¡Kaianeeee!-las lamentaciones de Nigen hacían feliz a Káiser.

Nigen intentó levantarse pero su cuerpo estaba muy herido, a demás con su equipo destruido no podía volar tras ellos, contempló simplemente como la mujer que el amaba desaparecía en la inmensidad del cielo.

No hay comentarios: