Y es más linda la poesía que la razón, pese a que desde la propia lógica de la razón la poesía no sería más que una tontería, pero hay tonterías en este mundo más hermosas que toda la sabiduría, más la sabiduría abruma sentimientos en nuestro interior disfrazados de razón y la lógica, la lógica por su parte, prima hermana de la razón, hace todo cuanto puede por llamar la atención. La racionalidad nos deslumbra como el verso elegante de nuestro propio ego, de la humanidad risible del hombre, se mofa y se jacta. Pero más que un devaneo presuntuoso, el entendimiento y la racionalidad son un prejuicio de los grandes, señores incluidos, por no dejar a su alma volar, por olvidarse de ser niños y de lo hermoso de cantar. Entonces se vuelven fríos insensatos de corazón, adormecidos del alma, solo hablan de hipótesis, teorías que no hablan más que de conjeturas que solo para un loco serían entendibles. Mientras tantos nosotros, los menos cuerdos o menos racionales, no nos resignamos a la locura de este mundo que sin sentido vive cuerdo, ya no ríe, ya no canta, tampoco sueña, y los que somos escépticos de las filosofías, entendedores mas de sentimientos y de emoción, nos sentimos abrumados, cansados y hastiados de todos aquellos insanos que en su propia demencia niegan su locura.
Afortunadamente, el lado más desarrollado en mi cerebro es el lado emocional, más primitivo quizás, pero más mío en verdad, he de agradecer a Dios que me hiciera poeta y no filosofo, que me colmara de talentos artísticos y no me diera falsa y empírica psicología. Soy yo pues quien no refuta nada pero tampoco se abraza a esa racional sabiduría, yo prefiero hacer poesía.
sábado, 8 de diciembre de 2007
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